Vergel de tristezas
Me cansé de ser el amante del ciruelodistante y viejo-SonríeNo existen horas aciagas en los actuales versosni la manida costumbre de ir relatando cuentosdel tiempocuando fueron encontrados.Marca un paso distinto cuando te dirijas a la batallade abedules, robles, y eucaliptosque crecen distantesbajo el cielo pintado de color granatecomo unos labios salvajes.-No lloresNo hay quien escuche el lamentode los viejos que se han ido…Tus horas son fetos,de vagas concienciasque se escurren a través de puertas diminutasen palacios sin techo.-HuyeDe la erosión que someten los eucaliptos al terreno,del frío que sosiega los aceros coléricosde vergeles sin sueloy plantas de polietileno.