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El circo de la justicia internacional: Guantánamo, inmigración ilegal y Radovan Karadzic

Publicado: 2008-07-25

Por: Héctor Huerto VizcarraEl sistema económico imperante, que disfraza usualmente de ropajes políticos a sus principales operadores como si se tratase siempre de un carnaval permanente, nos ofrece en diversos momentos contradicciones trágicas, que desdicen los planteamientos de las propias organizaciones internacionales que sustentan y controlan, como son el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Organización de Naciones Unidas.Durante las dos últimas décadas, estas tres organizaciones internacionales han venido insistiendo en que se reformen los sistemas de justicia latinoamericanos, porque ven en ellos a importantes lastres que evitan la profundización del sistema democrático en nuestros países. Estas “recomendaciones” han venido de la mano con jugosos préstamos para la puesta en práctica de las tan mentadas reformas. No obstante a todo este apoyo internacional, la mayoría de estas reformas han sido un total fracaso. Esto se debe principalmente a la fuerte dependencia política de los sistemas de justicia latinoamericanos con respecto a los otros poderes del Estado. En el Perú, el fracaso es tan evidente que en la actualidad estamos hablando de una tercera ola de reformas de nuestros aparatos de justicia.Lo curioso de todo ello es que la dependencia política que caracteriza a los sistemas de justicia latinoamericanos, no son intrínsecos ni exclusivos de la región ni de países no desarrollados. Hay que ser sinceros, nuestros ulemas occidentales son nuestros presidentes, parlamentarios y ministros. Así como nuestra sharia occidental es la conveniencia política. Entonces, no nos rasguemos las vestiduras frente a las burkas que constriñen a la libertad de las mujeres musulmanas cuando la ciudadanía occidental está arropada bajo una burka invisible que la inmoviliza constantemente a favor de los grandes beneficiados de este sistema económico.En los últimos días, se han desarrollado tres noticias que confirman estas afirmaciones. La primera de ellas tiene relación con la captura en Belgrado, Serbia, del criminal de guerra y ex Presidente de ese país, Radovan Karadzic. Él está acusado de ser el responsable político de la masacre de Srebrenica (1995) que costó la vida de 8 mil musulmanes, entre otros crímenes de lesa humanidad. Estuvo sorprendentemente 12 años prófugo, de los cuales la mayoría de ellos los pasó en la propia capital, donde su identidad falsa logró alcanzar cierta notoriedad. A pesar de ello, nunca fue identificado. Por eso, muchos de los analistas políticos sostienen que el gobierno serbio sabe donde se encuentran los prófugos que reclama el Tribunal de la Haya y que están protegidos por los servicios de inteligencia de ese país. Posiblemente, detrás de esa detención se encuentra una argucia política del actual, y recientemente reelegido, presidente serbio para consolidar el futuro ingreso de su país a la Unión Europea. Mientras los prófugos serbios sean usados como cartas de negociación es muy difícil que la justicia se haga presente.Las otras dos noticias tienen que ver con el modelo de la democracia perfecta: Estados Unidos. Y con modelo no estoy siendo sarcástico, realmente pienso que Estados Unidos representa la manera como funciona la democracia en el mundo. Hace muy poco, el catedrático e interprete en asuntos judiciales Eric Camayd-Freixas denunció que los 400 inmigrantes ilegales arrestados en una fábrica de envasado de carne en Iowa, el pasado 12 de mayo, tuvieron juicios injustos. Señaló que se sorprendió por la rapidez con que se llevaron los procesos y por la presión que ejercieron los fiscales sobre los acusados y sus abogados al presentar cargos delictivos contra los acusados (fraude contra la seguridad social) en vez de ordenar su deportación por infringir la ley de inmigración. Afirma también, que los acusados tuvieron muy poco tiempo para reunirse con sus abogados defensores y que, incluso, la mayoría de ellos no entendía el proceso que se les estaba abriendo al no hablar el idioma inglés y al no tener ningún tipo de educación. Al final, todos fueron sentenciados a pasar 5 meses en una cárcel al considerarse culpables de los cargos, de lo contrario, corrían con el peligro de ser sentenciados a dos años de prisión efectiva si iban a juicio. En síntesis, en la “América” de Bush la pobreza se ha convertido abiertamente en un delito.Lo otro resulta más escandaloso aún, no solo por la forma como se han empezado a desarrollar los juicios en Guantánamo sino por la ausencia de una presión internacional, a nivel de Estados, que obligue a Estados Unidos a cerrar la base, que se ha convertido en una zona liberada del terror. Arbitrariamente, Estados Unidos mantiene detenidas a 300 personas que van a ser juzgadas en los próximos días por tribunales militares. Desde el pasado lunes comenzó el primer juicio de lo que vendrá a ser el gran circo de la justicia internacional donde el ex chofer de Bin Laden es la primera víctima, Ahmed Hamdan. El propio abogado defensor (y militar) de Hamdan afirma que no se trata de juicios justos ya que los presos han pasado años sin asistencia jurídica, sin aplicárseles lo derechos que tendría un prisionero de guerra normalmente, y sin que se permita acceder a los abogados defensores todas las pruebas. Para él esas son razones suficientes para invalidar todos los procesos. Sin embargo, el poder político puede más que la justicia. Por lo pronto, a este simple chofer le puede esperar una sentencia de cadena perpetua basada en testimonios suyos bajo tortura.[1]Finalmente, si en términos generales los sistemas de justicia no funcionan muy bien en todas partes del mundo. ¿A qué se debe este inusitado énfasis en los sistemas judiciales latinoamericanos? Al parecer, estas ayudas económicas son efectivas herramientas de apoyo político a determinados gobiernos de la región, y cumplen con mayor éxito esa misión que la de mejorar nuestra alicaída justicia latinoamericana.[1] El Tribunal Supremo de USA decidió hace semanas que los prisioneros de Guantánamo pueden defenderse ante los tribunales ordinarios, esta medida puede bloquear e incluso anular las sentencias de los Tribunales Militares. Habrá que esperar esos desenlaces.


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