Por: Héctor Huerto Vizcarra

No es amor al chino sino a su chicharrón. En un momento político particularmente delicado, la visita de Liu Yunshan, miembro del Buró Político del Partido Comunista Chino, incrementa las contradicciones en que cae constantemente el gobierno de García. Tanto el presidente como su corte de allegados políticos han venido sosteniendo (de los pelos) la tesis del supuesto complot comunista internacional contra la estabilidad política del gobierno peruano, sin embargo, eso no fue un impedimento para García para concretar una reunión con Liu Yunshan en Palacio, hace pocos días atrás. La descabellada tesis del complot se ridiculiza por sí sola.

En la actual coyuntura política internacional ambos gobiernos, el chino y el peruano, parecen encontrarse a un mismo lado de la acera, aquella que recorren los gobiernos autoritarios. Por el lado peruano se tiene lo sucedido en Bagua, en donde a pesar de las indagaciones de la Defensoría del Pueblo, y de un supuesto informe sobre los hechos, recién empiezan a salir a la luz denuncias de los nativos sobre sus familiares desaparecidos. Levis Wasum (17) está ahora reclamando noticias sobre su padre, Nelvin Wasum, quien fue fotografiado por el diario “Ahora” de Bagua cuando era ingresado por la policía a la Dirección de Investigación Criminal. Curiosamente su padre no figura en ninguna lista de los detenidos. ¿Qué ha sido de él? Wilfredo Ardito en su reciente visita a Bagua constató que se había torturado a varios de los detenidos por la policía y el ejército. ¿Quién o qué ha hecho algo al respecto? La posibilidad de que se haya tirado cuerpos al río para evitar que sean identificados es más que factible y representa la mejor explicación de la desaparición del cuerpo del mayor Bazán, posiblemente confundido con un indígena. Estando muertos todos somos iguales. Habría que ser ingenuo para creer la versión oficial de los 9 ciudadanos fallecidos. Probablemente la cifra real gire en torno a los 50.

Por el lado chino, las recientes protestas de los uigures en la ciudad de Urumqi, etnia musulmana de la región de Xianjiang, y la consecuente represión del gobierno ha desencadenado un tifón de odio y mortandad que ha ocasionado hasta el momento la muerte de 156 personas (cifras oficiales) o de 800 personas (cifras de los exiliados uigures). La prensa extranjera no tiene ninguna facilidad para informar sobre estos hechos ya que el gobierno chino ha cortado las líneas de teléfono fijo y celular para las llamadas internacionales, así como también ha bloqueado el servicio de internet y de mensajes twitter. El perfil marcadamente autoritario y represivo del gobierno chino ha acentuado la confrontación religiosa y cultural dentro de la región, ya que se ha caracterizado por reprimir todas aquellas representaciones culturales y religiosas distintas a la oficial, así como de dirigir una política de ocupación hacia las zonas territoriales en donde existen grupos étnicos mayoritarios y disconformes con el gobierno, como son los casos del Tibet y de Xianjiang. El perfil democrático del gobierno chino es casi inexistente por lo que cabría preguntarse cómo un gobierno como el nuestro, supuestamente afincado en los principios democráticos, hace tratos y recibe con los brazos abiertos a los representantes de uno de los regímenes más dictatoriales del mundo.

En realidad, la explicación se encuentra en un verdadero complot internacional, pero distinto del señalado por el presidente. Es el complot de la corrupción, la impunidad y el autoritarismo, que no tiene bandera ni color político. Desde finales del 2007, el APRA es el principal partido político peruano que recibe fondos provenientes del extranjero. Tal como consta en el Informe Técnico Nº 011-2009 GSFP/ONPE, el APRA recibió entre los años del 2007 y el 2008 una donación en especie de parte del PC Chino que asciende a S/278.329,82 (doscientos setenta y ocho mil trescientos veintinueve con ochenta y dos centavos de nuevos soles). Esto comprende 20 impresoras láser, 10 filmadoras digitales, 20 cámaras digitales, 15 televisores de 32 y 42 pulgadas, 20 computadoras, 20 computadoras portátiles, 15 fotocopiadoras, 5 equipos de música y 5 dvd. Aunque hay que reconocer que esto es sólo lo que se conoce formalmente. ¿Cuántas coimas o “regalos” habrán recibido sus principales dirigentes? A cambio, el APRA mediante el gobierno ha venido concediendo ciertos beneficios al gobierno chino, entre ellos el TLC con ese país.

Frente a todo ello, una oposición coherente con el sistema democrático y los derechos humanos debería mostrarse férreamente en contra; no obstante, se dice poco al respecto. Esto en parte porque se tiene a una izquierda marxista minúscula, en votos y cerebralmente, que es incapaz de percibir que el gobierno “comunista” de China es más una afrenta a su propia ideología que un símbolo de la misma. En ese sentido, valdría la pena recordarle a Luis Gárate, uno de los cuadros juveniles más promisorios de Patria Roja, que el único ejemplo que da China al mundo es de terror y represión. La izquierda marxista peruana debería de una vez por todas, por el bien de la propia izquierda del país de la que me considero parte, zanjar si apuesta por un sistema político que protege los derechos humanos o por uno que los viola recurrentemente.

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